Título original: Superlópez
Año: 2018
Duración: 108 min
País: España
Dirección: Javier Ruiz Caldera
Guión: Jan, Borja Cobeaga, Diego San José
Con: Dani Rovira, Alexandra Jiménez, Julián López, Maribel Verdú
Grado: B+
Reseña: Hugo C
Superlópez (2018) es la versión cinematográfica, con actores, del cómic homónimo creado por Jan (Juan López Fernández), quien también participó en el guión. A todo esto, si alguien aún no ha leído Superlópez, le recomiendo una lectura, pero más tarde, es decir, luego de haber visto la película. Creo que así la va a disfrutar más, o al menos va a evitar comparaciones desfavorables.
La película transita todos los lugares comunes que uno espera de un origen de superhéroe. Específicamente, copia y parodia y homenajea al origen de Superman. Y sí, tiene una novia llamada Luisa y un amigo llamado Jaime, pero (al igual que en el cómic original) hay mil y una subversiones: no es él quien suspira por Luisa, sino que es ella quien anda tras sus huesos; Jaime no es un empleado de rango inferior, sino el jefe de Juan. Y el planeta Chitón no explota sino que son otras las razones por las cuales sus padres envían al bebé a la Tierra, más específicamente a los Estados Unidos.
Por supuesto que el cohetito termina chocando con un satélite y cayendo en España.
Los guionistas usan la primera película de Superman (1978) como estructura base para colgar de ella cuanto chiste, gag o ironía se les ocurra, como sucede, por ejemplo, en este diálogo entre Juan y unos niños:
- Cuidadito, ¿eh? Que estáis hablando con la esperanza de otra galaxia.
- La galaxia de los horteras, ¿no?
- ¡Pero si llevas bragas!
- ¡Pero qué bragas ni qué bragas, niñato! ¡A ver si os voy a pegar una paliza y os váis a enterar lo que es ser el arma definitiva!
- ¿Ah, sí? ¿Nos vas a pegar con el bolso?
- ¿Y la "S" de qué es? ¿De "sarasa"?
- O de "subnormal".
Podría decirse que la mayoría de los diálogos de esta película se ven mejor en papel que cuando los ves en boca de los actores, a pesar de que las actuaciones son, por lo general, competentes. (Una excepción: la niña que hace de Ágata en los primeros minutos de la película, a quien se le dan diálogos que, en labios de otra persona, cualquier persona menos ella, hubiesen resultado desopilantes.) Los efectos especiales (indispensables en este tipo de películas) no serán los de Avengers: Endgame (2019) pero sostienen la ilusión mínima requerida. Y digo, mínima, porque quien no haya leído Superlópez seguramente conoce la historia de Superman y héroes similares, así que no hay manera de que uno desconozca las fuentes en las que abreva la película. Pero bueno, aún con todos sus defectos, la película entretiene.
Lo único que me hace ruido es que la película no termina de transmitir la magia –por llamarla de algún modo– del cómic original. Porque Superlópez es más que un cómic, es algo cálido, entrañable, querible, que uno comparte con amigos o que recuerda con una sonrisa. Y en el caso de esta película mucho de eso se pierde en la transición del papel al celuloide. Pero bueno, tampoco vamos a buscarle el pelo al huevo. Como entretenimiento ligero –y no sé si para reír a carcajadas pero al menos para sonreír–, Superlópez es una opción más que válida.
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