Título original: Beverly Hills Cop
Año: 1984
Duración: 105 min
País: Estados Unidos
Dirección: Martin Brest
Guión: Daniel Petrie Jr., Danilo Bach
Con: Eddie Murphy, Judge Reinholdt, John Ashton, Lisa Eilbacher, Steven Berkoff
Grado: A
Reseña: Hugo C
Hoy vamos a hablar de la que es a mi juicio la mejor película de Eddie Murphy. En España la rebautizaron como Superdetective en Hollywood, en Latinoamérica la conocimos como Un detective suelto en Hollywood. Pues no, amigos, la película se llama Beverly Hills Cop, y Beverly Hills no es Hollywood. Beverly Hills está ubicado a unas 5 millas (unos 8 kilómetros) de Hollywood, y llegar a Hollywood desde Beverly Hills tomando por la Avenida Fairfax toma unos 18 minutos en auto, si no hay congestión. ¿Ven? Está claro si miramos el mapita:
¿Cuál es la diferencia? se preguntará el amable lector. La diferencia, mi querido amigo, es que Hollywood es la Meca del Cine, y Beverly Hills es la meca de la tilinguería, donde están las tiendas más exclusivas, las mansiones más caras, etcétera, justamente todo lo contrario de lo que es Detroit, una ciudad de trabajo, llamada Motor City porque su fuerte es –o mejor dicho, era en 1984– la industria automotriz: Ford, General Motors, Chrysler y la mar en coche, nunca mejor dicho. Y habiendo establecido el telón de fondo, hablemos de nuestro personaje principal.
Axel Foley (Eddie Murphy) es un policía de Detroit que realmente suda la camiseta: al inicio de la película lo vemos haciendo las mil y una piruetas para atrapar a un grupete de contrabandistas de cigarrillos. Así es, no hablamos de droga o cosas más siniestras sino de los cigarrillos que uno suele comprar en el estanco, con tabaco en su interior, por lo que ya desde el vamos podemos apreciar que se trata de un policía común y corriente que realiza arrestos comunes y corrientes, nada demasiado peligroso o que no pueda resolver con algo de ingenio y unos pocos miles de dólares en daños a la propiedad.
Esa noche Axel recibe la visita de Mikey Tandino (James Russo), un amigo de la infancia que está trabajando de guardia de seguridad en una galería de arte de California. Hablan de los viejos tiempos y de bueyes perdidos y de unas cuantas planchas de bonos al portador que aparentemente se le han pegado en los dedos sin querer pero, como el dueño de la galería tiene muchas planchas más, no las va a extrañar. Axel regaña a su amigo y le hace prometer que va a devolver los bonos. Luego se van de copas y a jugar al pool.
De regreso en el departamento, son emboscados por un grupo de matones elegantes y bien trajeados, que noquean a Axel y matan a Mikey. Axel pide unos días de licencia para terminar de recuperarse del coscorrón, y el capitán, que lo conoce mejor que nadie, se la concede, pero con la condición de que no se ponga a investigar la muerte de su amigo. Así que Axel se queda unos días en casa, ve mucha TV y se pone al día con su colección de estampillas. Ruedan los créditos, fin.
¿En serio? ¡Por supuesto que no! Apenas han transcurrido unos 15 minutos de película, así que Axel carga algunas chucherías en su viejo Chevy Nova y se va rumbo a California, a investigar la muerte de su amigo. Y aquí me detengo y vuelvo sobre el título de la película, tal como la conocimos en Argentina: Un detective suelto en Hollywood. ¿Por qué "suelto"? Dicho así, parece que estuviésemos hablando de un monito que se le escapó al organillero. Y además, como ya hemos dicho es Beverly Hills. De todos modos, sí, dejar que Axel Foley se mueva por Beverly Hills es como soltar un elefante en un bazar especializado en cristalería.
Axel se registra en un hotel carísimo haciéndose pasar por un periodista de la revista Rolling Stone y se va a ver a Jeannie Summers (Lisa Eilbacher), otra amiga de la infancia, que también trabaja en la galería. Luego se descuelga por la oficina de Victor Maitland (Steven Berkoff), el dueño. Con sólo verlos a él y a su jefe de seguridad (Jonathan Banks) le cae la ficha: Maitland es el villano de la película. (Probablemente Axel haya visto Octopussy (1983), película en la que Berkoff hace de un general ruso que quiere detonar una cabeza nuclear en Alemania Occidental.) De aquí en más, la película será un tire y afloje entre Axel y Maitland, quien maneja una operación de contrabando de bonos al portador y estupefacientes usando la galería como pantalla.
Etcétera. Lo mejor de la película es, sin dudas, la actuación de Eddie Murphy, quien estaba en la cresta de la ola tras sus años en Saturday Night Live y su coprotagónico en 48 Hours (1982) junto a Nick Nolte. No sólo es simpático y espontáneo, sino que es incluso creíble en las escenas de acción. Si bien no se trata de un interés romántico, hay una química evidente con Lisa Eilbacher que nos facilita el creer que Axel y Jeannie sean viejos amigos que se preocupan el uno por el otro. También es creíble el respeto mutuo entre Axel y el par de policías locales que lo terminan ayudando a regañadientes.
La película había sido concebida en un principio para que la protagonizara Sylvester Stallone, así que hubo que adaptar el guión a la personalidad de Eddie Murphy, haciéndolo menos sombrío y aligerándolo de tal manera que, por ejemplo, Rosewood (Judge Reinholdt), quien con el viejo libreto hubiese muerto a manos de los villanos, ahora termina la película sin un rasguño.
Más allá de algunos detalles obvios –la ausencia de telefonía celular, algunos autos o vestimentas–, la película apenas ha envejecido y se la puede ver como el primer día. ¿A que les han entrado ganas de volver a verla? Aquí les dejo un recordatorio.
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